Cómo operaba la secta religiosa que explotaba jóvenes en un campo entrerriano

Los cabecillas de la organización convencían a los jóvenes que debían a realizar una “misión de Dios”. Una vez que los trasladaban al campo, les secuestraban sus DNI y celulares y los obligaban a realizar trabajos no remunerados.

«Es el propósito de Dios», les decían a sus víctimas. Bajo esa excusa, los reclutadores de una secta religiosa -desbaratada en las últimas horas por Gendarmería Nacional- captaban a adolescentes de entre 17 y 18 años para explotarlos laboralmente en un campo entrerriano ubicado en el departamento Concordia. Por el hecho detuvieron a los líderes de la organización.

Todo sucedía en una casa de El Redomón, un paraje rural con menos de mil habitantes ubicado a casi 500 kilómetros de Buenos Aires. Allí, 12 jóvenes que estaban incomunicados y eran sometidos a trabajos de fuerza y limpieza fueron rescatados en el marco de un gran operativo de las fuerzas de seguridad.

Se trata de chicas y chicos, en su mayoría en situación de vulnerabilidad, que residían en la zona sur del Conurbano y que habían sido llevados a dicho predio convencidos por un grupo de supuestos pastores que les prometían ayudarlos.

Cómo operaba la secta religiosa

«Las víctimas sufrían problemas familiares o con la droga. Primero los ingresaban en la Iglesia y una vez que se sentían mejor comenzaban una misión emananda por Dios, la cual ellos les inculcaban. Ahí eran convencidos para viajar a internarse en el campo«, explicaron ante la consulta de Clarín fuentes allegadas a la investigación, que llevaba más de 90 días.

A la vivienda los trasladaba la misma organización. El lugar era estratégico porque, debido a su ubicación, era difícil de regresar. Una vez ahí, los jóvenes quedaban bajo la supervisión de otro grupo de personas que les secuestraban sus DNI y celulares y los obligaban a realizar trabajos no remunerados que incluían labores rurales y venta de ropa en ferias de la zona.

«A los chicos les lavaban la cabeza, les hacían creer que Dios les había dado un propósito, y que toda su vida dependía de él. No les dejaban usar los celulares para contactarse con sus familiares, les decían que tenían que enfocarse en servir a Dios sin distracciones», señalaron testimonios al respecto.

Y añadieron: «Permitían la visita de sus familiares, pero eran esporádicas, solo cuando los ‘pastores’ las autorizaban. Los encuentros eran bajo total supervisión de los líderes, que impedían en todo momento el diálogo privado».

La detención de sus líderes: «los porteños»

La desarticulación de esta gran red comenzó con la denuncia de un padre hace más de tres meses. «Sospechó al pedir cosas básicas de limpieza la hija y por su cambio de actitud frente a querer estudiar», explicaron sobre la primera alerta.

Desde entonces se dio inicio a una gran investigación en la que un grupo de agentes simularon interés en las actividades de la organización y así aportaron información certera acerca de los movimientos de los responsables, su modus operandi y la cantidad estimativa de víctimas.

El operativo se aceleró en las últimas horas, cuando finalmente dieron con los líderes de la secta: una pareja de la zona sur del GBA que era conocida como «los porteños» y que fueron detenidos mientras se subían a un avión con destino a España.

«Era un matrimonio que, al momento de ser detenido, le secuestraron una importante suma de divisas extranjeras», informaron las autoridades en un comunicado, aunque no revelaron sus identidades.

Al mismo tiempo, otra brigada de la fuerza federal allanó cuatro domicilios ubicados en la zona comprendida entre Florencio Varela y Berazategui, donde detuvieron a los supuestos «pastores» que reclutaban a las víctimas.

«Con los cabecillas ya bajo custodia, la Gendarmería Nacional irrumpió en la madrugada del jueves en otras tres viviendas ubicadas en la ciudad de Concordia. Ahí fueron rescatadas 12 víctimas, incluyendo mujeres y menores de edad, y también se detuvo a otros miembros de la organización que los custodiaban», agregaron al respecto del operativo.

Según señalaron, los jóvenes liberados fueron asistidos por personal del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento de víctimas damnificadas por el delito de trata de personas del Ministerio de Seguridad de la Nación.

«Como resultado de las inspecciones, los funcionarios secuestraron una carabina, 163 municiones, un cargador, celulares, pendrives, memorias, chips, disco externo, folletos de la supuesta iglesia, medicamentos, cuadernos, documentación y distintas anotaciones de interés para la causa», detallaron.

Los responsables se encuentran detenidos e incomunicados, y en las próximas horas serán citados a declarar ante la Jueza Federal de Concordia, Analía Ramponi.

Fuente: Concordia24

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