La situación de las pymes en general es dramática. Todos lo sabemos a esta altura del partido, después de cuarenta días de cuarentena. Esto viene de antes, no es algo que se haya iniciado ahora. Hace ocho años que la actividad viene en caída, con recuperaciones en los años impares, aunque en 2019 hubo caída también, así que este sería el tercer año consecutivo de caída», comentó Adrián Lampazzi, del Centro de Comercio de Concordia.
«Todo eso se suma a esta crisis inusitada, con prácticamente el 90 por ciento de la actividad parada, salvo farmacias y los que venden alimentos. Si bien hay algunos anuncios de salvaguarda, tardan en llegar o no llegan», agregó.
Días atrás, la entidad emitió un comunicado en el que proponen que se suspendan las quiebras y juicios laborales en este contexto difícil que están atravesando muchas pymes locales, de Entre Ríos y Argentina.
«Nuestra intención era poner en la mesa de discusión esta realidad, ya la conflictividad laboral ha comenzado», dijo Lampazzi y explicó que «si bien la Justicia no está trabajando, sí hay algunas demandas, cartas documento, de empleados que quieren cobrar, con todo el derecho, y no lo pueden hacer».
«Se prevé que esto va a seguir, porque la situación se va agravando día a día. Los sueldos de marzo la mayoría lo ha pagado, algunos con recortes, cuotas, créditos, pero se han pagado. Pero con los de abril, honestamente, creo que habrá una situación muy grave», insistió.
Acceder a un crédito, misión imposible
El referente del Centro de Comercio de Concordia habló también sobre los «salvavidas» que se habían anunciado para las empresas. En ese sentido, Leandro Lapíduz, presidente local de la Asociación Hotelera y Gastronómica, había cuestionado, días atrás, que los créditos para pagar sueldos lo estaban consiguiendo los que menos lo necesitaban, ya que se pedían carpetas inaccesibles.
«Yo no sé si es así, pero lo que sí sabemos es que los créditos no están llegando», dijo al respecto y analizó: «El banco es un negocio y no quiere perder. Nadie quiere que su negocio pierda y ellos no quieren prestarle a gente que no saben si después les van a poder cobrar. Está claro. Por más que el Estado anuncie algo, la situación pasa por ahí».
«Esta es una interpretación que hacemos, porque únicamente se les está dando a aquellos que tienen un buen flujo, que tienen todo diez puntos, y en la situación de hace ya unos años, son los menos. Todos, en mayor o menor medida, están debiendo algún impuesto», añadió.
Lampazzi explicó que «cada empresa obligatoriamente tiene un banco con el cual operan y, anualmente, se presentan las carpetas con toda la documentación, es decir que la tienen. En algunos casos, los bancos pedían la renovación de esta documentación, lo que implica otro problema para juntarse con los papeles en esta época».
Aclaró que «surgieron infinidades de problemas, uno de ellos era el del impuesto a los sellos, que era provincial y se cobraba por sobre los créditos. Elevaba considerablemente la tasa del 24 por ciento, que ya para nosotros es alta. Tiene que ser del 0 por ciento, porque esto no es un crédito para capital, sino para pagar sueldos. Se hicieron gestiones a nivel provincial y se logró que se quite esa tasa».
«Ya transcurrió todo abril, no tengo números, pero la información que uno tiene es que la mayoría no lo ha conseguido. Sí lo han hecho empresas sólidas y algunas hasta lo han llegado a rechazar, porque no les convenía alguna de las cláusulas que tenía», contó paradójicamente y aclaró que «hubo dos bancos, el Nación y el Credicop, que fueron los que mejor trabajaron con esto. El resto de los bancos se pusieron complicados para otorgar los créditos. Es decir que las medidas se anuncian, pero no llegan», insistió.
Volver a abrir puertas
En ese sentido, el secretario del Centro de Comercio reveló que «se está trabajando en eso. Creemos que podemos llegar a tener algún acuerdo cercano», confió y resaltó que «el intendente, de alguna manera, es hombre de la casa, del Centro de Comercio, conoce la situación del sector. Eso también es una ventaja, en algún sentido».
«Hay mucha angustia entre los comerciantes, socios y no socios. Hay cientos de llamadas por día contando la situación», agregó.
Comentó que «hay empresas que quizás tienen muchos empleados, pero eso no significa que tengan un respaldo para sostener la empresa cerrada durante tanto tiempo. Quizás, un comerciante que, más o menos, haya trabajado bien, tiene para aguantar que un mes eso suceda, pero ya más tiempo no», manifestó.
«Han llegado cheques rechazados. El plazo que se daba era hasta el lunes y se iban a empezar a caer esos cheques, estamos en una especie de limbo legal. Llaman del banco para que cubran esos cheques, pero, a su vez, estaban cerrados», todo esto ha profundizado la crisis. «Llaman para cobrar, uno no tiene para pagar. Por otro lado entran cheques, no puede cobrar. En el caso de las pymes, los empleados son parte de la familia, no es una relación fría de números. El empleador conoce a sus empleados, a su familia, a sus hijos, su situación. Todo esto es muy desesperante», lamentó en cuanto a la situación que están viviendo.
Habilitados, pero con bajas ventas
«Más del 90 por ciento del sector está parado. Se han ido incorporando algunos rubros, pero todo muy limitado. La venta online la verdad es que no ha resultado. Además, la realidad es que hay poco dinero en la calle también», describió Lampazzi.
Aclaró que también «hay muchos rubros que, si bien están habilitados, están trabajando muy por debajo de su capacidad. Es decir, trabajan, pero como todo está cerrado, no le venden a nadie».
A modo de ejemplo, sumó además la situación del rubro gastronómico, que «trabaja con deliverys, pero, a su vez, la gente está encerrada en sus casas y se dedica más a cocinar. La panadería es un rubro que está sufriendo mucho».
¿Se puede pensar en el después?
«Hay un protocolo ya armado y se está hablando con las autoridades, con la municipalidad, para implementarlo. Está prácticamente terminado. Es el mismo que se está dando para varias ciudades de alrededor, se ha consensuado para hacer algo en común», aclaró. Se utilizará para todos los locales que abran nuevamente sus puertas.
«Estamos trabajando tanto en eso como en lo otro que es el después, el motivo de la nota que hicimos. Qué va a pasar con las empresas, ¿van a desaparecer o seguirán trabajando? Esa es nuestra preocupación también», concluyó.
El Entre Ríos